¡Al Norte! / Perú - Arequipa

Monasterio de Santa Catalina
La mayoría de las ciudades pueden recorrerse en uno o dos días, pero disfrutarse de a poco también. Algunos lugares nos atraparán durante semanas y otros con un par de horas será suficiente para partir. 

Cada viaje es un mundo, como comenté en la entrada anterior, y según el tipo de viaje que quieras y puedas hacer dependerá la forma en que lo hagas, el tiempo, los lugares, etc. Cuando hace varios años fijé como meta Machu Picchu, no pensé en el resto de lugares que podría conocer en el camino, pero que al empezar a planificar y en el mismo viaje se fueron incluyendo. 

Al contar con un límite de tiempo (un mes y medio) y surgir algunos imprevistos que luego detallaré, no pudimos visitar todas las ciudades que hubiéramos querido, pero sí las que más interés nos generaban. “Los imperdibles”. 

El primer destino en Perú fue la hermosa ciudad blanca de Arequipa, como la mayoría de las ciudades de latinoamericanas, se centra en plazas y edificios religiosos heredados de la conquista española. La mixtura de la colonización se refleja en los principales atractivos de la ciudad: museos de momias e iglesias. Antropología, historia y arquitectura se mezclan en este punto de forma irremediable. 

Catedral Arequipa
Rodeada por tres volcanes (el Misti es el más conocido), la ciudad se impone por sus construcciones mayoritariamente de color blanco debido al uso de “sillar”, piedra volcánica blanquecina, que le da un toque distintivo. Por otro lado, es un territorio sísmico, diversos temblores han ocasionado derrumbes y daños en los edificios históricos que debieron ser reconstruidos. 

La imponente Catedral blanca es el edificio central, rodeado de plazas, iglesias como la de Santo Domingo, el barrio de San Blas, y coloridos mercados accesibles por diversas callejuelas. Además de ver estos monumentos y pasear por las calles del centro o acceder al mirador, un recorrido interesante es el Monasterio de Santa Catalina, una ciudad dentro de la ciudad.

Su historia como internado para monjas de las familias ricas, forma parte de la historia de Arequipa, la centralidad de la religión, el modo de vida de época, incluso la cocina local; se reflejan allí. Incluso a dado lugar a variados mitos, algunos macabros. 

La gastronomía es otro de los puntos fuertes del país, considerada una de las mejores del mundo y con mucha razón. Arequipa concentra la mayor variedad de platos en Perú. Quien se anime podrá probar el famoso Cuy (cobayo o conejillo de indias). También se encuentra el Museo del Pisco, bar en el que se da a conocer la historia de esta tradicional bebida mientras se degustan diferentes tipos; como este bar hay cientos con diversas temáticas para saciar la sed de cualquiera. 

Un poco alejado de la ciudad, se encuentra el Valle de Majes, una zona entre la montaña y el valle que ofrece unas vistas privilegiadas, así como la posibilidad de disfrutar del Río Majes, junto a su flora y fauna, sobre todo avícola. Allí se puede realizar rafting y diversas actividades al aire libre. También hay una fábrica de caña, cuyo dueño enseña amablemente el proceso de producción e invita a degustar o comprar este fuerte alcohol. 


Entre las opciones de alojamiento en el Valle “La Casa de Mauro” es una opción ideal, en un entorno natural y familiar, cuenta con diversas actividades tanto turísticas como recreativas. Y los platos son una delicia

Quienes cuenten con más tiempo y espíritu deportivo, no deberían perderse el recorrido por el Cañón del Colca, conocido por sus avistajes de Cóndores. Una extensa caminata de dos o tres días, con paradas en algunos pueblos, y vistas privilegiadas, baños termales, miradores, flora y fauna autóctona. También se pueden realizar excursiones a los volcanes que rodean Arequipa. 

Desde la “Ciudad Blanca” puede continuarse el viaje hacia Cusco. El transporte en autobús es muy barato, pero las distancias no son cortas (como puede aparecer en páginas de internet), ni las comodidades son como las que acostumbramos en otras partes. Generalmente los caminos están plagados de curvas y la velocidad de los vehículos en ocasiones puede generar sobresaltos. Pero, es posible sobrevivir y por ello en la próxima entrada contaré sobre las bellezas de la Ciudad Real de los Incas.

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