Bolivia: entre la tierra y el cielo


Un pequeño territorio que lo tiene todo: selva, desierto, diversidad cultural, el lago más alto y el salar más grande del mundo. 

Así como Perú, Bolivia también formó parte del Imperio incaico, junto con regiones de Colombia, Ecuador, Chile y Argentina. Si bien el centro se constituyó en Cusco y las ruinas más conocidas sean las de Machu Picchu, podemos encontrar parte del legado histórico inca en diversos sectores de Bolivia. 

En un recorrido breve, donde llegamos a menos destinos de los que hubiéramos querido, apreciamos los encantos de Bolivia. 

Isla del Sol 

En medio del Lago Titicaca, que con 3812mts sobre el nivel del mar es el lago navegable más alto del mundo, se encuentra un grupo de islas entre las que destaca la Isla del Sol, por ser la de mayor extensión. 

Se puede llegar hasta allí tomando un bote que parte del colorido poblado de Copacabana, y puede descenderse en la zona sur o norte de la isla; también desde Perú se accede por Puno. La parte norte cuenta con una playa tranquila, puerto, alojamientos y restaurantes locales. La parte sur es un poco más alta y no tiene una playa abierta para poder tirarse al sol, pero también cuenta con alojamientos y restaurantes. 


Este lugar forma parte del camino inca (según la leyenda fue allí que Manco Capac y Mama Ocllo comenzaron la dinastía incaica y luego se encaminar a fundar Cusco). La isla está plagada de ruinas y monumentos arqueológicos, y cuenta con un museo. Al llegar, los pobladores (que se organizan en comunidades) cobran una entrada (5/10 bolivianos). Al recorrer la isla de una parte a otra se ingresará a nuevas comunidades que cobran ingreso también.

La isla puede recorrerse en el mismo día, pero vale la pena alojarse una noche, disfrutar la playa, comer en un sitio local y aprovechar la maravillosa vista nocturna, ya que por las luces de la isla se apagan por completo alrededor de las 22hs: la oscuridad y la altura permiten observar el cielo estrellado con una nitidez de ciencia ficción, tener la oportunidad de ver varias estrellas fugaces y el espectáculo del cielo reflejado en el lago. 

Tampoco cuenta con internet, por lo que es un sitio ideal para desconectarse y disfrutar las vistas, naturaleza, caminatas, relacionarse con gente local y seguro conocer a otros viajeros. Desde allí se vuelve en bote a Copacabana y puede tomarse un bus hasta La Paz.

La Paz

Capital del país, encierra un abanico de posibilidades para conocer. La ciudad posee variados mercados artesanales, museos, iglesias y monumentos que se mezclan con el entramado urbano, el transporte público y abarrotamiento cotidiano.

En el centro de la ciudad puede realizarse un recorrido por la zona de museos que se ubican muy cerca uno del otro. Imprescindible visitar el Museo de Etnografía y Folclore que comprende una variada colección andina arqueológica, textil, artística y más. Luego pueden visitarse algunos mercados artesanales como el de Brujas o calle Sagárnaga

Un recorrido imperdible es la visita a la Feria 16 de Julio del Alto, la más grande de Bolivia. Abre jueves y domingo, allí puede encontrarse desde una licuadora hasta una cabra, pasando por ropa nueva y usada, antigüedades, muebles y demás. También hay un teatro en el que se realiza “Catch de cholitas”, es un ring donde luchan mujeres con la típica vestimenta andina. Se puede llegar en bus, y aprovechar a tomar el teleférico para subir hasta la feria teniendo una vista única de la ciudad.

Valle de la Luna: desde el centro de la ciudad se puede tomar un bus (Av. Mariscal Santa Cruz ó calle México) hasta la entrada del parque natural, cuyas formaciones geológicas y color blanquecino pueden compararse con la superficie lunar. Es un predio con subidas, bajadas, puentes y una vista muy agradable. La entrada ronda alrededor de 15 bolivianos (bolivianos).

Tiwanaku: centro arqueológico preincaico, cuya población dejó un interesante legado arquitectónico. Es el complejo de ruinas más grandes de Bolivia e incluye un museo que explica los orígenes de esta comunidad indígena y su desarrollo. También posee un pequeño mercado artesanal en su entrada. Ingresar tiene un costo de 80 bolivianos y se puede llegar allí en buses que parte de la calle José María Asín. 

Otros sitios para recorrer: Camino de los Yungas (tours para realizar La Ruta de la Muerte en bicileta), Coroico, parques nacionales, Samaipata (en Santa Cruz). Deudas pendientes para la próxima visita a Bolivia. 

Salar de Uyuni 

Desde La Paz, pueden contratarse tours o ir directamente y contratar en el lugar de partida. El tour puede realizarse en diversas modalidades. Partiendo del pueblo de Uyuni un día viendo solamente el salar, más días agregando el recorrido a los lagos y demás atractivos. 

La mejor opción, a mi criterio y siguiendo muchas sugerencias, fue viajar desde La Paz hasta el pueblo de Tupiza. Allí se pueden averiguar precios y contratar el que más convenga, para partir en la mañana del día siguiente pasando la noche en un hostel (no hay mucho para ver en el pueblo, pero el recorrido vale la pena). Hay tours de 1,2,3 y 4 días (aunque es más caro, conviene aprovechar los 4 días, en los que se visitan paisajes de sueños). 

Los tours comprenden traslado en jeep, que lleva de 4 a 5 turistas (generalmente el precio baja a medida que va completándose el vehículo. Podemos encontrar otros viajeros en la calle y armar un grupo, o que los viajeros te encuentren como en nuestro caso). También incluye comida y agua, y puede pedirse bolsa de dormir porque en las noches hace MUCHO frío. 

Además, va el conductor que hace a la vez de guía turístico, explicando cada sitio, tomando fotos, poniendo música, y una cocinera (generalmente la esposa del conductor) ya que durante las 3 noches y 4 días será un recorrido por zonas totalmente despobladas (excepto por las llamas, vizcachas, y flamencos) y las noches serán en alguna casa de pueblos muy pequeños cuyos habitantes arriendan habitaciones u hospedajes. 

Contratamos con una agencia pequeña y poco conocida, junto a unas chicas que nos interceptaron en la calle y necesitaban completar el tour. El precio fue el más barato que encontramos. Y realmente uno llega a crear amistad luego de tantos días compartidos, también entramos en confianza con Luis (el conductor), Ana María (que hizo unas comidas muy buenas) y su pequeño hijo que se portó realmente bien. 

- El primer día recorrimos el Sillar, un pueblo abandonado por los españoles que controlaban la explotación de la mina que allí se encuentra en la que se permite ingresar (a quienes se animen) y entramos en la reserva Eduardo Abaroa, para hacer noche en una casona de Qutena. 

- El día 2, visitamos: algunas pequeñas lagunas con flamencos, recorrimos paisajes de montañas, la
laguna verde, aguas termales al aire libre (en las que puedes tomar baños calientes en medio del paisaje), géiseres con pequeñas grietas de agua espesa coloreada debido al azufre y finalmente la laguna roja poblada de cientos de flamencos al atardecer. Pasamos la noche en un hospedaje en Villa Mar.

- Al tercer día nos adentramos en la ciudad de piedra con formaciones rocosas que parecen edificios, luego fuimos a la laguna negra y el cañón de la anaconda (río cuya forma se asemeja a dicho animal) e hicimos noche en el hotel de sal (cuyo piso, paredes, mesas y sillas son realmente de sal, comprobado por mí). 

- Finalmente, aún de noche nos dirigimos a la isla Incahuasi, una pequeña cima que se erige en medio del salar y está poblada de cactus, desde allí contemplamos el amanecer y luego nos dirigimos al medio del desierto blanco: al fin en el salar de Uyuni. Tras tomar fotos y demás, paramos en el museo de sal y el “monumento” al Dákar (sí, existe) para luego dirigirnos al cementerio de trenes (un predio con trenes abandonados) y terminamos en el pueblo de Uyuni alrededor de las 13hs. 


El único punto negativo de este recorrido es que los buses salen desde Uyuni bastante tarde (cerca de las 20hs hacia Salta- Argentina/ cerca de las 3 am hacia Chile). Se puede pagar una noche de hostel para pasar allí el día, o dejar los bolsos en la agencia de buses e irse a recorrer el pequeño pueblo, por suerte había un desfile en el que nos entretuvimos un tiempo. Por la noche luego de quedarnos en una casa de comidas hasta su cierre, hicimos tiempo en una discoteca (pequeña y en la que no había gente) hasta la 1 am, hora en que abría la agencia de buses. 

Comentarios